
EMBRIONES-PEZUÑA
1990 I
I 1990
Estos dibujos tienen su continuidad en Rojo, negro y dorado. Ambas conviven con el monstruo, la proximidad a los hechos inexplicables y lo obsceno. Pero hay una sutil diferencia entre ellas. Embriones-Pezuña revela, en cambio Rojo, negro y dorado, oculta. Así, en esta serie precisé este método de trabajo: los trazos del último dibujo permiten continuar -transparencia por medio- el siguiente y así sucesivamente. En la otra serie, superpuse a lo ya dibujado, gruesos trazos de carbón ocultando parcialmente lo hecho.
Embriones-Pezuña tuvo un final esperado. Pedí a mi amigo poeta Rubén Boggi, que escribiera por cada uno de los dibujos, un poema. Le inspiraron veintitrés, a los restantes, tomé la decisión sólo de titularlos por no estar yo a la altura de lo evidente.
